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Arquitectos: Jordi Veciana, Juan Gurrea Rumeu, Skye Maunsell Studio
- Área: 420 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Salva Lopez, Simone Marcolin
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El boom turístico de la segunda mitad del siglo XX arrasó el tejido urbano de muchos pueblos de la Costa Daurada. En l’Ampolla, las antiguas casas de pescadores fueron derribadas para abrir paso a la especulación inmobiliaria, eliminando por completo la tipología vernácula.
Situado en una urbanización a las afueras de este municipio próximo al Delta del Ebro, nuestro proyecto pretende ser a la vez local y extraño. No busca generar continuidad con el entorno sino desafiar el contexto urbano. Planteamos la vivienda como un ente independiente que reivindica el patrimonio desaparecido y lo reubica. Nuestros referentes son las barracas del delta del Ebro, con fachadas encaladas y cubiertas de paja, el antiguo frente marítimo de l’Ampolla y la belleza involuntaria de edificaciones agrícolas.
Partiendo de este lenguaje esencial, y asumiendo la necesidad programática de incorporar un mirador hacia el Faro del Fangar, generamos un conjunto de tres volúmenes escalonados tanto en planta como en sección.
El primero, en planta baja y con una gran cubierta inclinada de zinc, forma una barrera longitudinal con la calle y aísla el jardín. El segundo concentra la circulación vertical y se eleva tres plantas, hasta alcanzar una terraza vegetal con vistas al mar. El tercero, orientado a sur, cierra parcialmente los volúmenes creando un pequeño patio en sombra en planta baja. En este sentido, la volumetría de la vivienda se apropia de la parcela y establece una secuencia de espacios y vistas cruzadas que amplifican la experiencia.
El programa se compone de espacios grandes y accesibles, pensados para adaptarse fácilmente a posibles cambios de uso. La distribución de la casa, de más de 400m2 construidos, permite habitarla por zonas según las necesidades de sus ocupantes.
El pavimento de hormigón continuo de la planta baja se extiende hacia el exterior, formando plataformas continuas y fortaleciendo la relación entre la vivienda y el jardín. Un zócalo de hormigón recorre todo el perímetro edificado y se extruye para crear elementos fijos de mobiliario.
La fachada, revestida en mortero de cal, responde a la tipología mediterránea. Los huecos simulan las grandes profundidades de los muros de mampostería, llevando el almacenaje e instalaciones al plano exterior y disminuyendo el asoleo en los meses de verano.
El enfoque de sostenibilidad combina métodos sencillos, propios de la arquitectura tradicional, con la instalación de placas solares, ventilación mecánica y aerotermia, alcanzando una eficiencia energética muy elevada.